¿Creéis que enseñar a ser feliz es posible o pensáis que no, que nuestros hijos, como Mafalda en esta viñeta, deben esperar a que un día la felicidad llame a su puerta?
Yo, como ya habréis averiguado por el título de esta entrada, sí creo que a ser feliz se aprende y que, por lo tanto, puede enseñarse. Por eso, para la charla que di ayer en la Escuela de Padres del C.E.I.P. Atalaya, en Cartagena, elegí el siguiente tema: CLAVES PARA EDUCAR NIÑOS/AS FELICES.
Decidí tratar este tema
porque considero que nuestro fin último, el que todos/as
perseguimos, es la
felicidad, que es la búsqueda de
la felicidad lo que nos lleva a tomar unas u otras decisiones.
He observado cómo mientras
algunos son felices aunque las circunstancias les sean adversas, otros no
consiguen serlo a pesar de que las circunstancias les son favorables. Esto me
lleva a concluir que la felicidad no es más que una actitud, un modo de
enfrentarse a la vida.
Tras llegar a esta conclusión me pregunto qué características
tienen en común las personas felices, para a continuación poder plantear qué
podemos hacer nosotros/as como padres y madres para contribuir a que nuestros hijos/as
desarrollen esa forma de entender el mundo que les posibilitará el ser felices.
¡Eduquémoslos!
¡Eduquémoslos!
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